domingo, 12 de enero de 2014

Un país incivilizado

Podríamos vivir en un país muy correcto, civilizado, con normas de comportamiento establecidas y cumplidas, como en los países nórdicos, donde la educación es tremendamente superior a la española, el salario mínimo lo triplica y la convivencia es exquisita. Luego habrá quien defienda las tapas y el vino de la tierra como justificación o excusa, como Ana Rosa Quintana.

Banco de una avenida que han estropeado y ya no es útil


Pero no. Vivimos en el sur, al calor del sol y a la orilla del Mediterráneo y por eso digamos que somos más rebeldes, más festivos y menos educados. En España nadie respeta nada. No importa dejar el coche mal aparcado, que el perro cague en la calle y dejar los excrementos en el suelo, no existe un especial cuidado en reciclar la basura (que es un acto totalmente voluntario), se hace caso omiso al cambio climático, no se respeta a los mayores y cientos de actuaciones más que se repiten a diario.
Contenedores de reciclaje rodeados basura tirada en el suelo


En este país se destroza el mobiliario urbano, no se tienen en cuenta los turnos, porque en cualquier cola siempre llega alguien que sólo va a hacer una pregunta. Aquí, donde los recortes presupuestarios van a la par que el nivel de corrupción, se lo llevan calentito y la justicia es más ciega que en ningún otro sitio. No es cuestión de coordenadas ni de climatología, es cuestión de educación.

Bienvenido a España, a la tierra de la buena comida y de la buena gente, del flamenco y la música, pero también al país en la sombra, el que ha ido perdiendo derechos y libertades a golpe de reformas y decretos. Venga a tomar sol y a emborracharse, pero no espere encontrar una cultura y sanidad rimbombantes, porque no las tenemos.

miércoles, 1 de enero de 2014

Un año por delante

Hoy estrenamos 2014. Tenemos un año por delante. Es tiempo de declarar propósitos que se cumplan o queden en meras intenciones. Comenzamos este período con declaraciones institucionales y ya llegan a ser cansinas. No necesitamos que los gobernantes vengan a augurar la pronta recuperación económica y el descenso del desempleo. Mejor vivir cada cosa a su tiempo. Ya lo celebraremos cuando llegue.

Tras un año caracterizado por las reformas, los recortes y la pérdida d derechos laborales y sociales, poco se puede empeorar, lo quiera que suceda será para mejor. Y en eso estamos y para eso luchamos. Manifiesto mi empeño por apartarnos de las ansias gubernamentales y conseguir nuestros propios logros, porque cada cual es cada uno y sus circunstancias particulares.

Feliz año y que podamos compartir muchas alegrías. A por todas en 2014.