sábado, 9 de abril de 2016

En el fondo

Hay una única respuesta para saber dónde se halla cualquier cosa que busque en el bolso de una mujer: en el fondo. Basta que vayas cargada de bolsas de la compra y necesites encontrar las llaves del coche para que puedas desquiciarte buscándolas y aún es peor si llueve y además de la carga tienes que soportar el paraguas.

El bolso de una mujer ha sido la diana de varios chistes y tópicos, pero bien que sirve de auxilio cuando quienes no suelen llevar este complemento necesitan algo que las mujeres llevamos a mano. Puedo referirme a una tirita, un pañuelo de papel, crema de manos y un largo etcétera. Ese viene siendo uno de los culpables de los problemas de espalda, que llevamos tantas cosas en el bolso que podemos llegar a sumar varios kilos. En una ocasión, coloqué el mío en el asiento del copiloto del coche y se activó el dispositivo que alerta por no llevar puesto el cinturón de seguridad. Imagínense lo que podía pesar.

De mano, largos, bandoleras, de tela, de piel, carteras, ... existe una gran variedad de bolsos, un complemento aliado de la vestimenta femenina y que ha traspasado fronteras y hoy ya son usados también por varones. Comenzaron a familiarizarse entre el público masculino con un formato similar a las mochilas, portafolios o bolsas para llevar ordenadores, pero hoy ha pasado a formar parte de la manera de vestir de los hombres, teniendo en cuenta que también ellos cada vez llevan más cosas encima.