miércoles, 27 de julio de 2016

Con dos tacones

Hoy quiero hablarles de mujeres. No de cualquier banalidad, sino de la extraordinaria capacidad que tienen las mujeres para desarrollar multitud de actividades casi sin despeinarse y sobre todo, sin quejarse.

Dirijo la mirada a mujeres madres, trabajadoras, comprometidas, con responsabilidades sociales y con tiempo para dedicarle a la familia y a las tareas domésticas, aún haciendo un huequito para el ocio. Parece que viven en otro planeta, que no se rigen por nuestro sistema horario, pero existen. Son una realidad y todos las conocemos.

Mujeres extraordinarias, que se han formado para dejar atrás una sociedad marcada por el patriarcado y el machismo. Son médicos, abogadas, profesoras... Son personas fuertes, con iniciativa, con poderío, capaces, que han rebasado el modelo de sus madres y son un ejemplo magnífico de superación y voluntad. Son aquéllas que trabajan a diario, llevan la organización del hogar, el cuidado de los familiares y, aunque están sometidas a mucha presión, son extraordinarias en su labor profesional.

Con este peso a sus espaldas, están dispuestas a ponerse dos tacones, ponerse guapas y decirle al mundo que están aquí y que van a seguir luchando. Por eso manifiestan una conducta excelente y admirable y van a sentar el paradigma para futuras generaciones, que seguirán sus huellas.

martes, 5 de julio de 2016

Hablo castellano

Yo, como supongo que usted, hablamos castellano. Me gusta y apuesto por el conocimiento de otras culturas y por el aprendizaje de lenguas, pero defiendo firmemente que se respete la idiosincrasia de los territorios y no se trate de imponer otras ajenas.

Desempeñando un empleo de atención al cliente he recibido a un grupo de señoras procedentes de Cataluña. Llegaron hasta mi puesto de trabajo con el objetivo de solicitar información, pero lo que me sorprendió significativamente es que durante todo el tiempo que permanecieron conmigo hablaran en catalán. No sólo lo hacían para comunicarse entre ellas, sino que me realizaban preguntas en catalán y me reprocharon que yo no supiera hablarlo. A continuación, se justificaban de manera que algunos comentarios pude deducir, pero otras cosas se me escapaban.

No me parece tolerable que viajando a Canarias pretendan comunicarse en su lengua oficial, porque además saben perfectamente hablar castellano. Mi comentario se aleja de cualquier proclama nacionalista, porque no es esa la cuestión que debato. Lo que apunto es que me sentí bastante molesta por una reclamación que creo sin fundamento, de igual forma que si pretendo comunicarme en castellano en un país extranjero. Me manifiesto en pro de la globalización pero me parece esencial conservar las raíces y tradiciones de cada cultura.