domingo, 23 de junio de 2013

Muy, muy alto

En las grandes superficies comerciales, y abogando por la idea de abundancia y opulencia, colocan los productos en estanterías hasta muchos centímetros e incluso metros por encima de su cabeza. Imagínese cuánto que el cliente podría medir dos metros y aún así no alcanzar ni de puntillas los objetos que colocan en el estante más alto.

Especulando cuál es la razón que les lleva a distribuir los productos que están a la venta a esta altura, no encuentro más respuesta que dar a entender a los consumidores la abundancia de alimentos y enseres de que disponen. Dar a conocer que pueden comprar cuanto quieran, que hay producción de sobra.

Si se agotan los productos de las estanterías más bajas, las que están al alcance de cualquiera que mida entre 1,50 y 1,80 metros como media, de poco sirve que siga habiendo materiales varios estantes por encima. Tal vez en alguna ocasión haya visto a alguien de puntillas o dando saltos intentando obtener lo que, aunque esté a su disposición, no está a su alcance.



Ridícula me parece tal ostentación y poco efectiva, porque en estos establecimientos tampoco suele haber personal al servicio de los clientes que puedan facilitarles estos productos de tan alta ubicación; por lo tanto, tampoco considero que se pueda efectuar su venta.


martes, 4 de junio de 2013

Me molesta

Entre los muchos comportamientos incívicos que podamos llegar a desarrollar hay algunos que realmente me incordian. Entendido que vivimos en una sociedad plural y que cada uno lleva a cabo sus normas y realmente asumido que mi libertad acaba cuando empieza la de los demás; pero la convivencia social supone, a mi modo de entender, cierta implicación.

Que se estacione mal un vehículo por un instante, para realizar cualquier trámite esporádico, no lo condeno, pero aparcar concienzudamente mal, estorbando a otros usuarios de la vía, teniendo espacio para aparcar debidamente, lo creo una frivolidad, cuanto menos.

Si estoy en el pasillo de un supermercado y al coger un objeto de la estantería se cae otro al suelo, ¿qué menos que recogerlo? Pues hay quien lo deja de recuerdo.

Éstos y otros hábitos sociales y comunes ni siquiera los valoro si los realizo de manera "correcta", por calificarlo de alguna forma. De verdad no soporto a quien realiza esta serie de gestos con el mísero propósito de molestar, de ser inoportuno o de hacer patente su desorden.

Pues sí, me molesta, me inoportuna que se me cuele una persona en la cola de un banco o en un ceda el paso, sin que sea yo realmente quien le ceda el turno. Porque hay quien piensa que tiene más cara que el resto, pero lo que realmente tiene es menos educación.