domingo, 24 de noviembre de 2013

Bisnietos

La mayoría de nosotros no conocimos a nuestros bisabuelos. Algunos ni siquiera tuvieron la suerte de disfrutar de todos sus abuelos. En una población que se reproducía muy joven, la esperanza de vida de las personas mayores era muy inferior hace sólo unas décadas.

Hoy la estadística ha cambiado, ha dado completamente la vuelta. Los ancianos viven cada vez más y los jóvenes tienen hijos una vez han entrado en la treintena. Esto sólo lleva a una conclusión: envejecemos. La población española se hace mayor a pasos agigantados.

En unos pocos años se notará significativamente el aumento de población de tercera edad, que se hace mayor y precisa ayuda, cuidados y atenciones. Con la carencia de empleo que sufrimos en estos momentos a nadie se le escapa que se abre en este sector una nueva oportunidad laboral.

Cada vez son más populares los cursos destinados a cuidadores, a la atención a enfermos de Alzheimer y otras dolencias. La formación se hace necesaria, tanto en la rama sanitaria como en la social.

Si quiere disfrutar de sus bisnietos, cuide a sus mayores. Porque dicen que cada uno hace lo que ve en casa, así que aplíquese en conservar a sus ascendientes para que hagan lo propio con usted.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Adultos que hacen deporte

Al llegar a la madurez hay quien se preocupa exclusivamente por el trabajo, la familia y las ocupaciones cotidianas y hay quien, además de todo esto, hace un hueco en su vida a la práctica deportiva.


A estas personas me he referido en mi último reportaje, donde me he puesto en contacto con adultos que cada semana acuden a uno de los centros de La Orotava donde se imparten clases de Tai chi Chuan, de mantenimiento físico o de baile folclórico.

Sin más te animo a que leas el reportaje y eches un vistazo a las fotografías que lo acompañan.

http://canarias3puntocero.info/12020/

domingo, 10 de noviembre de 2013

Amor de madre

Por todos es comprensible que el amor de madre es uno de los quereres más puros e incondicionales que existen. "Madre no hay más que una", se suele decir. La progenitora de un asesino o de un violador, verá siempre a su hijo tras una visión muy distinta de la de aquellos que le acusan y le culpan.

Sólo una madre aguanta desvelos, consuela incansable en el dolor y puede ser cómplice de cuan vil acción emprenda su descendiente, y no ser capaz de juzgarlo como lo hace el resto de la sociedad. Aquí pongo el ejemplo de José Bretón, asesino de sus hijos, a quien su madre asistió en el juicio, mientras que su padre no fue capaz ni de dirigirle la mirada. En un caso tan duro, imaginen el papel de esa madre y de esa abuela.

"Amor de madre", rezan los tatuajes de algunos hombres rudos. Y por muy fuertes que parezcan, pocos son indiferentes a la opinión de una madre. Una madre mayor, una madre lejana, pero siempre su madre. Y soslayando el debate entre madre biológica y madre adoptiva, resalto que el amor que puede sentir una mujer por un bebé es sincero, inquebrantable y perpetuo.

Lo que no puedo evitar exponer es que hay madres y madres. Una madre que es capaz de abandonar, de matar o de vender a su hijo, ¿hasta qué punto puede denominarse madre? Recientemente vi un reportaje televisivo sobre la venta de bebés, una auténtica trama que parece haber sido el fruto del negocio desde enfermeras hasta monjas en varios países. Una red corrupta que se valía de la venta de recién nacidos, unas veces engañando a las parturientas con su muerte (como se han conocido numerosos casos en España) y en otras ocasiones con el consentimiento de la madre, para librarse de la evidencia de una relación extramatrimonial y evitar ser repudiada socialmente.

Madre no será toda hembra que pare, sino quien quita de su plato para darle a su hijo, quien enseña, quien es constante y paciente, quien acompaña, quien arropa, quien cura, quien siente, quien llora, quien comparte momentos con su crío, quien juega, quien defiende a capa y espada, quien hace de un instante una lección de vida, quien transmite principios y quien es feliz viendo lo que ha sido capaz de inculcar. Ante todo esto y mucho más sólo hay una explicación. Se llama amor de madre.



domingo, 3 de noviembre de 2013

Con papel de regalo

Un año más llegan a los establecimientos comerciales alimentos y regalos para avituallar la época navideña. Cómo no, desde octubre tiene a su disposición turrones y polvorones para endulzar el último trimestre de un año que se despide y deja huella.

Con la precaria situación económica que vivimos y contra la que los comerciantes tienen que luchar, seguro que le han llegado noticias de grandes superficies que ofrecen productos a tan sólo 10 euros. Desde los juguetes para los niños hasta electrodomésticos y objetos para el hogar. Y es que ¿cómo pretender vender si no es rebajando los precios?

Ahora, cuando hay cada vez más familias viviendo gracias a los abuelos, hay que pensar en la oportunidad de negocio. Si los padres están desempleados y no reciben entradas económicas, al menos que sean los abuelos, los actuales cabeza de familia, los que puedan adquirir un mínimo detalle para agasajar a los nietos.

Contra las promociones especiales no se puede luchar. Pero quien no puede ofrecer a sus niños tenis de marca, videojuegos de última generación o los juguetes que anuncian los canales de televisión infantiles, pues que se envuelva la rabia, la impotencia y la indignación en papel de regalo.

En papel de regalo brillante presente su currículum a las empresas que cierran la recepción de candidaturas; dígale cuán válido es y qué bien podría desarrollar sus habilidades profesionales para ganar un salario y poder ser otra víctima del consumismo feroz que despide 2013 comiendo uvas y pidiendo deseos.

Con un bonito envoltorio presente la incertidumbre de los jóvenes que desesperan sin futuro laboral y empaquete las prisas de los diputados saliendo del Congreso a la carrera en la víspera del 1 de noviembre.

Y llegará enero. Y habremos inaugurado un nuevo año. Y con un brillante papel de regalo, afirmarán que ha descendido el desempleo en diciembre. Sin embargo, las cosas que usted sabe y que usted vive, no se las dirán. Sólo tendrán que manifestarlas envueltas en un lindo paquete.