domingo, 20 de mayo de 2012

Austeridad, ¿a qué precio?

Resulta ser que en una mudanza que se ha emprendido en un edificio donde se emplazaba la Consejería de Presidencia del Gobierno de Canarias han encontrado casualmente una ducha de hidromasaje en el baño del despacho del consejero.

Figúrense ustedes si se podría acudir fresquito y sin tensiones a cualquier reunión o visita. En su mismo despacho gozaba de una sesión hidrotermal para deshacerse de tensiones acumuladas. Por supuesto, la ducha ya estaba instalada y nunca fue utilizada, según declaraciones oficiales. Lo que falta saber es con qué intención se coloca un artilugio de esta naturaleza en un edificio institucional. Tal vez venía acompañado de albornoz, toalla y una gama de jabones.

Todo siempre a costa del bolsillo del ciudadano que tiene que conocer noticias de este calibre en tiempos de "austeridad". Cuando hay familias canarias que luchan cada día contra el desempleo, contra los recortes en Sanidad y en Educación, que en breve verán en vigor la aplicación del copago farmacéutico y hasta entonces algunos representantes públicos gozaban de privilegios "deluxe".

Mandatarios disfrutan de despachos con mobiliario de lujo y sale a la luz que dirigentes municipales celebran cenas por valor de miles de euros para convidar a los vecinos de la tercera edad y que se gastan cientos de euros del presupuesto en flores o bombones. ¿A esto se le puede llamar austeridad? Cuando desde todas las fuerzas políticas se hace alusión a que hay que ser austeros, apretarse el cinturón y de paso pagar más impuestos. Austeridad para los ciudadanos y bonanza para los políticos.

Un poquito de respeto, por favor.



jueves, 10 de mayo de 2012

Amigos que no lo son

Todos tenemos desde la infancia un grupo de amigos con los que entablamos relación en el colegio y que hemos ido conservando durante muchos años. Otros amigos son con los que hemos hecho amistad como vecinos, conocidos o allegados y que han formado parte de muchos momentos de nuestra vida. Los puede reconocer con mirar algunas fotografías de su niñez.

Ahora bien, le planteo un nuevo concepto de amigo: el de las redes sociales. Con el uso de estas plataformas hemos ido aglutinando un gran número de contactos y de ellos forman parte "amigos"con los que no tenemos demasiada confianza y a veces algunos que no llegamos a conocer en persona. Esto es lo que pasa cuando te llega la solicitud de amistad de un compañero de 5º curso de primaria, del que hace mucho que no sabes nada, y la aceptas por no quedar como borde o antisocial. Lo mismo ocurre cuando contactamos con empresas, entidades o personas públicas, de las que sólo sabemos de oídas.

Es así como llegamos a comprender un amplio círculo de contactos, formado por compañeros de estudio, de trabajo, de actividades de ocio, personas allegadas, conocidos, y un largo pero que muy largo etcétera.

Si se pone usted a analizar a cuántos de los puede que cientos de amigos que tiene virtualmente le contaría una cuestión personal, entonces sabrá que no tiene la amistad tan estrecha como suponía con más de unos pocos.

Y ni le digo lo que ocurre si tiene una cuenta en una red profesional y está desempleado. Cualquier contacto con atisbo de buen perfil profesional se lo figurará como un posible contratante. Y así puede reunir cientos de amigos que tienen acceso a su currículum vitae. Adiós a la política de protección de datos.

El término "amigo" se emplea con mucha naturalidad, pero cuando se viven situaciones personales, ya sean gratas o desafortunadas, es cuando se sabe quiénes son los verdaderos amigos. Ya dice el refrán: quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y los virtuales tampoco lo serán menos.


La calidad humana

En tiempos como éstos, en los que prima la velocidad y el capitalismo, donde todo el mundo corre y consume, no está nada mal dedicarle una reflexión a aquellos que no se preocupan tanto por las prisas que nos impone la sociedad y se permiten un momento para hacer disfrutar a los demás.

Voy a centrarme en un hombre que desconozco al escribir estas palabras. Se hace llamar "hombre anónimo" y es un señor, o eso creo, que cada semana dedica su tiempo libre a colocar en la ladera de una montaña una frase con la que hacernos sonreír, reflexionar o hacer un guiño a la cordura en tiempos de vertiginosa locura.

A la altura de la Cuesta de la Villa, en La Orotava, nadie que atraviesa la autopista deja pasar el mensaje con que nos sorprende el hombre anónimo. Unas veces cómico, otras veces profundo, conmemorativo  y hasta sensual. Se acuerda de todos. No deja pasar fecha sin hacer referencia a un estado de ánimo que muchas veces coincide con el de los lectores del vistoso cartel.

Si miles de personas que avistan el mensaje, comparten una idea, esto es una plataforma magnífica. Esto sí que es una red social, pero de usuarios motorizados.

A esto lo llamo yo calidad humana. Alguien que de manera totalmente generosa nos brinda unas palabras con las que comenzar el día y un tema en el que pensar, no puede ser menos que un mago, un artífice de sensaciones.

Los que estamos del otro lado, esperamos un nuevo mensaje. Felicidades por esta excelente iniciativa y por la dedicación. Hacer algo a cambio de nada no es una tendencia en nuestros días. Desde aquí, te manifiesto mi reconocimiento y mi admiración. Sólo una palabra: Gracias.