domingo, 25 de octubre de 2015

Las primeras lluvias


La semana pasada comenzamos a experimentar las primeras lluvias del otoño en Canarias. Lo que comenzó como una borrasca desembocó en un estado de alerta decretado por el Gobierno regional. Se suspendieron las clases el viernes y el agua pluvial ha protagonizado múltiples imágenes de destrozos y terrenos anegados.

Aquí, desde hace unos años, parece que hemos cogido miedo al agua. Antes era habitual que lloviera con bastante frecuencia y eso se traducía en coger paraguas y botas de agua y hacer vida normal. Sin embargo, ahora cada vez que se espera que llueva el tráfico se vuelve caótico y parece que las ciudades no fueran a sobrevivir al aguacero.

Es cierto que no contamos con las mejores infraestructuras para prevenir el tiempo invernal. Las carreteras están pobremente abastecidas de sistemas de evacuación y cuando se acumula cierta cantidad de agua, corren torrentes a gran velocidad, que las alcantarillas son incapaces de absorber.

Apenas estamos estrenando el otoño. Ante la temporada de frío que estamos inaugurando, las instituciones públicas debieran plantearse luchar eficazmente para prevenir las imágenes que hemos visto estos días.

Está claro que contra la naturaleza no se puede luchar, pero es viable realizar una adecuación a las vías para que los vecinos puedan soportar el invierno de la mejor manera posible. El ejemplo nos viene dado de manera natural: respetar los cauces de barrancos y entender que el agua va por donde más fácil puede correr.







jueves, 22 de octubre de 2015

Desiguales

Hoy en todo lo que hacemos y en nuestra actitud buscamos la diferencia. Luchamos por destacar, por distinguirnos y por resultar diversos ante la gran masa social.

Hace sólo unas décadas ocurría lo contrario. Los regímenes dictatoriales y fascistas se encargaron de eliminar a quien era diferente, a quien sobresalía o a quien simplemente no seguía las pautas impuestas. Los progresistas, los liberales, los homosexuales o, simplemente, los justos no tenían cabida en un sistema político que, eliminando las diferencias, perseguía todo lo contrario a la igualdad.

Años después, con las viviencias sociales que esta Europa ha experimentado, me sorprende saber que aún existe quien condena la diversidad, lo heterogéneo y plural. En éste, que se empeñan en definir como "un tiempo nuevo", se han superado barreras en el ámbito social; no obstante, aún queda por qué luchar. Combatir el racismo, la violencia, la discriminación, el acoso, el terrorismo..., pero fomentar la libertad, la igualdad, la heterogeneidad.

Es el momento de aceptar y consolidar las diferencias en un mundo desigual, pero compuesto de muchos integrantes. Todos.

domingo, 18 de octubre de 2015

Mileuristas y otras utopías

Esta semana, con motivo de la pre-campaña electoral, Pedro Sánchez, portavoz del Partido Socialista, declaró su intención de incrementar el salario mínimo interprofesional hasta los 1.000 euros. Multitud de personas cualificadas no alcanzan esa cifra, aún desempeñando funciones ajenas a su preparación.


La expectativa salarial de cualquiera alcanza y supera esta cantidad, ahora bien, debe establecerse de acuerdo al tipo de empleo que desarrolle y sus características particulares.

Las exigencias sociales, digamos los gastos propios de la vivienda, alimentación, vestimenta, desplazamientos, etc. apenas se suplen con mil euros. Ni qué decir en el caso de que se trate de una familia.

La papeleta esconde: a más sueldo, más contribuciones impositivas. De ahí que mencione esta cuestión como una utopía. Y al fin y al cabo, anhelamos sólo dos billetes violetas.


domingo, 11 de octubre de 2015

Te invitamos a café



Esta semana me llegó a casa la notificación para recordarme que próximamente debo llevar mi coche a pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Con la reciente implantación de nuevas instalaciones en las Islas, parece haberse convertido en una cuestión de competencia que acudas a la estación de siempre.

Además de garantizarme la premura en la atención y evitar largas esperas, me adelantan en la carta de aviso que me invitarán a café en la sala de estar mientras revisan mi vehículo. Me ha parecido curioso; no creo que se trate de un reclamo, pero es una atención hacia el cliente. Sólo espero que el gesto para conservar asiduos no interfiera en la supervisión técnica.

Ante todo debe primar la seguridad. Me consta que la primera vez que acudí fueron bastante rigurosos. Se aseguraron de comprobar el número de bastidor, que en algunos casos se encuentra oculto en sitios que sólo los técnicos conocen. La más absoluta minuciosidad para verificar el estado de las luces, los frenos o los neumáticos.

He escuchado comentarios acerca de las nuevas estaciones. En algunas ni siquiera necesitas contar con cita previa, sino que realizan la inspección en el momento que decidas llevar tu vehículo. Ahora bien, si le ponen pegas, de vuelta al taller. Tal vez allí le inviten a las pastas.

domingo, 4 de octubre de 2015

Tú y Kiko Rivera

Este fin de semana la televisión privada entrevistó a Kiko Rivera, un joven con mucha trascendencia pública que nace fundamentalmente de ser el hijo de un torero y una cantante folclórica. Es cierto que el chico se ha encargado de aumentar su popularidad a base de relaciones con mujeres y jolgorios varios.

En un país como éste, donde la tasa de parados es tan alta, especialmente la de jóvenes titulados, uno se pregunta por qué causa tanta impresión un sujeto de estas características. Ha ganado fama y dinero. Tiene trabajo sin que se le haya conocido oficio alguno y se permite el lujo de dar notoriedad a sus affaires sexuales, aún teniendo a una segunda concubina embarazada y a su madre entre rejas. Estas circunstancias pueden parecer banales, pero es él mismo quien las tilda de relevantes.

Entonces es cuando uno entiende que a éste se le llame un "país de pandereta". Si hasta quienes no vemos la tele con asiduidad, permanecemos impasibles unos minutos escuchando este testimonio, entiendo a la perfección esa calificación. Si los datos de audiencia los centra la declaración de este individuo o del resto de los que acuden a la cadena para dar detalles de sus escarceos amorosos, comprendan ustedes el interés de los españoles. Luego puede disfrazarse de la manera que se quiera, por eso nadie ve "tele basura", pero ganan con diferencia en visionado.

Depende de las perlas que suelte el entrevistado, varios medios generalistas pueden interesarse por sus palabras y, como mínimo, colgar una nota en la sección de Sociedad. Cuando comencemos a darle valor a lo que lo merece: conocimiento, valores, habilidades, etc., tal vez hayamos conformado un país con un índice de interés más allá de los resultados de un polígrafo.