jueves, 27 de septiembre de 2018

Influencer

Con el apogeo de las redes sociales donde prevalece la imagen vino la aparición de los denominados influencers. Está demostrado que la imagen vende, y si tu producto lo muestra alguien con tirón mediático, ya se vende solo.

Ropa, bolsos, joyas y hasta productos para el hogar. Si lo lleva o lo usa un famoso, la gente quiere comprarlo. En ocasiones a las marcas comerciales les basta con brindarles un pack de cremas o un alimento para que se publique en redes sociales y todo el mundo quiera adquirirlo.

Es un método publicitario diferente pero que funciona. Hasta los pequeños negocios se han hecho eco siempre de la visita de una persona distinguida a su establecimiento. Cómo muestra están las fotografías que podemos ver en restaurantes, hoteles, etc.

La influencia trae beneficios y vaya que sí.

martes, 18 de septiembre de 2018

La espera

Nuestro sistema nervioso, en perfecta conjunción con el cerebro, se manifiesta en algunas personas con más evidencias que en otras; es decir, hay quienes son individuos más nerviosos, susceptibles y otros que son prácticamente inalterables.

Me he dado cuenta  de que los trabajadores de ciertos establecimientos se ponen nerviosos cuando hay una gran cantidad de personas esperando a ser atendidas. Es una circunstancia normal cuando miras hacia adelante y ves que hay decenas de personas esperando y que ponen mala cara. Por más que intentes recibirles con una sonrisa, esa actitud no es correspondida.

Una actitud distinta creo que se produce en un centro médico u hospitalario. Los pacientes se quejan, manifiestan su malestar a auxiliares y enfermeros, pero no suele ser así cuando por fin son atendidos por el médico, por más que lleven unas horas esperando.

Normalmente las categorías más bajas laboralmente son las que aguantan el chaparrón y son quienes reciben quejas y hasta amenazas de los clientes, como ocurre con secretarias, cajeros, etc. Una vez se persona el alto mando, la persona ya se ha descargado previamente y es más pacífica.

Me vienen a la cabeza los teleoperadores o los comerciales de calle, que tienen un trabajo poco reconocido y mal valorado. Los clientes no suelen ser nada empáticos con ellos. Muchas veces les evitan, les dicen mentiras, reciben burlas, etc.

Debemos dirigirnos con el mismo respeto a un trabajador raso que a un alto directivo. En la mayoría de ocasiones, los primeros son simplemente transmisores del mensaje que la empresa nos quiere hacer llegar, aunque muchas veces no sea agradable o no nos interese.




martes, 4 de septiembre de 2018

Cuerpo de mujer

En estos días se ha estado hablando de la regularización profesional de las mujeres que ejercen la prostitución. Ésta es una de las situaciones, siempre que no se realice por voluntad propia, en las que la mujer está sometida y su cuerpo funciona como reclamo y objeto sexual a disposición de una determinación ajena a la suya.

El cuerpo femenino funciona como una mercancía, fruto de una sociedad que arrastra como una losa un machismo rancio y doloso.

Existen mujeres que deciden explotar su físico y se valen de ello para obtener ciertos beneficios o favores en su vida diaria. No comparto estos modos, pero allá cada cual con sus principios. Lo que quiero dejar claro es que el empoderamiento de la mujer se ha logrado por su valía, no por mostrar sus intimidades.