domingo, 23 de junio de 2013

Muy, muy alto

En las grandes superficies comerciales, y abogando por la idea de abundancia y opulencia, colocan los productos en estanterías hasta muchos centímetros e incluso metros por encima de su cabeza. Imagínese cuánto que el cliente podría medir dos metros y aún así no alcanzar ni de puntillas los objetos que colocan en el estante más alto.

Especulando cuál es la razón que les lleva a distribuir los productos que están a la venta a esta altura, no encuentro más respuesta que dar a entender a los consumidores la abundancia de alimentos y enseres de que disponen. Dar a conocer que pueden comprar cuanto quieran, que hay producción de sobra.

Si se agotan los productos de las estanterías más bajas, las que están al alcance de cualquiera que mida entre 1,50 y 1,80 metros como media, de poco sirve que siga habiendo materiales varios estantes por encima. Tal vez en alguna ocasión haya visto a alguien de puntillas o dando saltos intentando obtener lo que, aunque esté a su disposición, no está a su alcance.



Ridícula me parece tal ostentación y poco efectiva, porque en estos establecimientos tampoco suele haber personal al servicio de los clientes que puedan facilitarles estos productos de tan alta ubicación; por lo tanto, tampoco considero que se pueda efectuar su venta.


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