Es muy difícil plantearse el futuro profesional hoy en el campo de la formación que se ha adquirido. Alguien como yo, que ama el periodismo y que se ha titulado para ejercerlo, encuentra un panorama mediático realmente penoso y plagado de obstáculos. (Léase la acepción de penoso: Trabajoso, que causa pena o tiene gran dificultad).
No hay manera de echar raíces. ¿Recuerda usted la época en que se trabajaba en la misma empresa toda la vida? Pues regrese a la actualidad y a los contratos de seis meses y de media jornada. No se haga ilusiones. Tal vez tenga suerte y aún le paguen algo.
Las facultades de periodismo siguen llenas de estudiantes con vocación, que con mucha suerte se harán un hueco en los medios de comunicación por un breve período de tiempo. Tal vez luego tengan que ganarse la vida sin hacer lo que les gusta, pero comer hay que comer. Y todos conocemos a camareros y dependientes con formación universitaria. Aristóteles enunciaba: "Las ciencias tienen las raíces amargas, pero muy dulces los frutos". A ver si caen de maduros.
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