miércoles, 27 de julio de 2016

Con dos tacones

Hoy quiero hablarles de mujeres. No de cualquier banalidad, sino de la extraordinaria capacidad que tienen las mujeres para desarrollar multitud de actividades casi sin despeinarse y sobre todo, sin quejarse.

Dirijo la mirada a mujeres madres, trabajadoras, comprometidas, con responsabilidades sociales y con tiempo para dedicarle a la familia y a las tareas domésticas, aún haciendo un huequito para el ocio. Parece que viven en otro planeta, que no se rigen por nuestro sistema horario, pero existen. Son una realidad y todos las conocemos.

Mujeres extraordinarias, que se han formado para dejar atrás una sociedad marcada por el patriarcado y el machismo. Son médicos, abogadas, profesoras... Son personas fuertes, con iniciativa, con poderío, capaces, que han rebasado el modelo de sus madres y son un ejemplo magnífico de superación y voluntad. Son aquéllas que trabajan a diario, llevan la organización del hogar, el cuidado de los familiares y, aunque están sometidas a mucha presión, son extraordinarias en su labor profesional.

Con este peso a sus espaldas, están dispuestas a ponerse dos tacones, ponerse guapas y decirle al mundo que están aquí y que van a seguir luchando. Por eso manifiestan una conducta excelente y admirable y van a sentar el paradigma para futuras generaciones, que seguirán sus huellas.

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