En tiempos del confinamiento parece recurrente pensar en qué haremos cuando acabe esta reclusión y podamos salir libremente a la calle. Lo más sorprendente es lo que ya sabíamos: que las cosas más importantes no tienen valor económico.
No creo que ansiemos comprar cosas, sino sentir. Oler, tocar, ver... Cuando sea libre quiero oler a salitre, quiero tocar la arena de la playa y la corteza de los árboles. Quiero ver y disfrutar de los paisajes de mi tierra, que tanto añoro.
Hemos agudizado el oído estos días con el canto de loa pájaros y con nuestra música favorita. Pero yo quiero oír el barullo de los niños por los pasillos de los colegios, el tintineo de las tazas y cucharas en una barra de bar... Y quiero escuchar, escuchar las voces de mis familiares y mis amigos de tú a tú, sin móviles ni videollamadas.
Quiero saborear la libertad de la que gozábamos hace unos meses y a la que no le daba la importancia que tiene. Vivir y sentir.
El día 1 de enero no se publican los periódicos en papel. Bien. Pues como "hoy no es uno de enero" este espacio servirá para publicar comentarios, reflexiones o apuntes del día a día que susciten interés.
domingo, 19 de abril de 2020
viernes, 10 de abril de 2020
Por ellos
Abril de 2020. Seguimos confinados por la mayor crisis sanitaria de nuestra historia. Hoy se cumplen 27 días de aislamiento social y lanzo una reflexión por ellos, por las personas que siguen trabajando en un entorno hostil y peligroso, cuando todos los demás nos resguardamos.
Son muchos: sanitarios, policías, bomberos y personal de las fuerzas de seguridad, pero son también agricultores, ganaderos, limpiadores, transportistas, panaderos y todos aquellos que están muy alejados de los salarios galácticos, pero que hoy se han convertido en imprescindibles en esta lucha.
Gracias a la gente humilde, que sigue luchando día a día por sacar este país adelante, que trabaja con miedo, pero con la esperanza de vencer al virus que asola el país y gritar por ganar la batalla.
Gracias a ellos, gracias a todos. Por ellos y sobre todo, gracias a ellos, seguimos adelante.
Son muchos: sanitarios, policías, bomberos y personal de las fuerzas de seguridad, pero son también agricultores, ganaderos, limpiadores, transportistas, panaderos y todos aquellos que están muy alejados de los salarios galácticos, pero que hoy se han convertido en imprescindibles en esta lucha.
Gracias a la gente humilde, que sigue luchando día a día por sacar este país adelante, que trabaja con miedo, pero con la esperanza de vencer al virus que asola el país y gritar por ganar la batalla.
Gracias a ellos, gracias a todos. Por ellos y sobre todo, gracias a ellos, seguimos adelante.
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