Después de tres años y medio desempleada, he encontrado trabajo. Por fin. En una categoría profesional distinta a mi formación, pero en un puesto que había desempeñado con anterioridad. Llevo años buscando hacerme un hueco en el mercado laboral, que parece que se ha dignado a dejarme pasar.
Ahora me pregunto: ¿quién quiere trabajar? Porque, aunque no se lo crean, hay quien se encuentra acomodado cobrando el subsidio de desempleo y sólo se apura en buscar empleo cuando no percibe ingresos. No es mi caso, pero les aseguro que existe.
Hace sólo unos días un hombre montaba un "numerito" en una oficina de empleo al comunicarle que había agotado su prestación. Y es comprensible, con los hijos y la hipoteca a su cargo, cualquiera puede perder los nervios.
Hoy festejo por mí, pero sé que en sólo unos meses seré de nuevo una de ellos. Así que hay que curarse en salud. No queda otro remedio.
El día 1 de enero no se publican los periódicos en papel. Bien. Pues como "hoy no es uno de enero" este espacio servirá para publicar comentarios, reflexiones o apuntes del día a día que susciten interés.
domingo, 22 de diciembre de 2013
lunes, 16 de diciembre de 2013
No es nada
Ya son
pocos los negocios o los establecimientos comerciales donde le gratifican con
la frase: “Eso no es nada” y no le cobran un pequeño trabajo. Lejos de la Navidad
es raro que tengan un gesto con los clientes. Ya hay poca cortesía, ni siquiera
se reparten los artículos de regalo como bolígrafos o calendarios, tan
populares en otras épocas.
Hasta
en los bares le cobran por un vaso de agua, pero aún existen lugares,
normalmente pequeños locales donde no le cobran. Es el caso de algunas ópticas
o talleres de joyería, donde le realizan pequeños trabajos a cambio de nada. Seguramente
será una estrategia para fidelizar la clientela, pero es de agradecer.
Imagínese
que le dicen que le regalan el trabajo en un taller cuando lleva su coche por
una avería; pues aunque no lo crea, conozco a quien se lo han efectuado. En
tiempos donde todo cuesta, todo vale.
Y lo
bien que sientan los detalles, sea por la razón que sea. Si va a una cafetería
y le brindan con un bombón o le obsequian con objetos de merchandising del tipo llaveros o camisetas. Ya cada vez se ve
menos; menos negocio, menos inversión y menos atenciones.
lunes, 2 de diciembre de 2013
Truenos
Últimamente,
cada vez que se aproxima una tormenta a Canarias las autoridades no
tardan en declarar la alerta meteorológica. Tras la terrible Delta y
sus nefastas consecuencias, todo son prevenciones.
Pero una
cosa lleva a la otra y apenas caen unas gotas y ya todo el mundo está
con el miedo en el cuerpo. La declaración oficial del tiempo
adverso, seguido de la suspensión de clases escolares y la
imprescindible recomendación de cuidado al volante son más que
habituales en las pocas épocas de lluvia intensa que tenemos en las
islas.
Está bien
prevenir y estar informado, pero considero excesivo que se decrete
una situación como más grave de lo que es. Que llueva es normal en
otoño e invierno y que corra el agua pluvial por los barrancos no es
una epopeya, puesto que es la mera función natural que tienen.
Como
tenemos poca costumbre, creo que es hasta lógico el asombro, pero no
me parece adecuado dejar de trabajar o de acudir a los centros
educativos. Cierto que las carreteras se colapsan cuando llueve, que
nadie quiere mojarse, pero existen los paraguas, las botas, los
guantes, los gorros, los anorak. No llevamos bien el frío. Y no
digamos si hay truenos o si deja de funcionar el abastecimiento
eléctrico. Eso ya es otro cantar.
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