Hoy damos la bienvenida a un nuevo año. Es el día que contradice el nombre de mi blog, pero celebro contar con ustedes este 2016. Brindo por un año distinto, singular y que nos permita disfrutar de muy buenos momentos. Anhelo poder escribir líneas de acontecimientos que nos hagan felices y dejar atrás las desdichas y sucesos.
Porque este año que comenzamos con una gran incertidumbre en el ámbito político, permita llegar a buen puerto. Celebro la pluralidad parlamentaria que se ha logrado tras las últimas elecciones generales, y visto el revuelo que se ha montado parece que no hay más remedio que dialogar, compartir, negociar. Ése debe ser el fundamento de un país moderno: dar y recibir; la riqueza está en convivir y empatizar con quienes no tienen las mismas ideas que nosotros.
Quiero dejar atrás las rémoras de un año marcado por la corrupción, por las crisis migratorias, por la constante y desgraciada violencia de género que fue culpable de la pérdida de más de 60 mujeres en 2015. Lucho por alzar la voz orgullosa en este período que hoy comenzamos para decir que vivimos en un país mejor, más cívico, que ha logrado erradicar sus amenazas y que es capaz de avanzar al ritmo del tiempo que hoy celebramos.
Hoy es uno de enero, les deseo a todos un feliz año. Disfruten.
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