viernes, 19 de febrero de 2016

Botas de agua

A mediados del mes de febrero hemos recibido el invierno en las Islas Canarias. Pasamos la Navidad prácticamente en camiseta y ahora ha llegado el momento de ataviarnos con botas y paraguas.

Desde luego que parece que hay algunos ciudadanos, por llamarles de alguna manera, que desconocen algunas normas cívicas. Cuando llueve y vamos en coche puede parecer divertido pasar a velocidad sobre los charcos, pero habría que recordar que todos somos peatones desde que nos bajamos del vehículo.

Cuando eramos niños a todos nos divertía saltar sobre los charcos con las botas de agua, pero ya de adultos mojarnos no nos cae tanto en gracia. De hecho, hay quien parece tenerle temor a la lluvia, tomando carreras estrepitosas que bien podrían costarle un resbalón y sufrir una caída que pueda ser mucho peor que empaparse.

En una tierra cálida como la nuestra siempre viviremos la llegada del invierno de una manera diferente a las zonas del norte, acostumbradas a hacer vida bajo la lluvia. Lo curioso es que ante las contantes alertas meteorológicas y tras sufrir semejante nevada haya quien salga a la calle sin paraguas. A mal tiempo buena cara. A jugar con la nieve y cantar bajo la lluvia, como nos recuerda el clásico cinematográfico.

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