Yo, como todos, tengo en mi vida a ciertas mujeres que son imprescindibles. Aquellas de las que aprendo, de quienes me nutro y las que me han transmitido conocimientos, sabiduría y me han brindado su saber hacer.
Ellas son mi madre, mi abuela, mi hermana, mi profesora, mi médico, mis compañeras, mis amigas y otras muchas mujeres que, de una u otra manera, forman parte de mí. Hoy quiero dedicarles mi pensamiento y mi agradecido reconocimiento a una vida que ha dejado huella. Con cada paso, por costoso que fuera, han ido labrando un sendero que guía a quienes venimos detrás.
Gracias a ellas y a todas las mujeres que luchamos a diario por romper barreras. A las que han tenido que hacer de su vida una lucha y nos han dejado llano el camino a las nuevas generaciones. Son valiosas y únicas. Que no se les olvide.
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