Con el apogeo de las redes sociales donde prevalece la imagen vino la aparición de los denominados influencers. Está demostrado que la imagen vende, y si tu producto lo muestra alguien con tirón mediático, ya se vende solo.
Ropa, bolsos, joyas y hasta productos para el hogar. Si lo lleva o lo usa un famoso, la gente quiere comprarlo. En ocasiones a las marcas comerciales les basta con brindarles un pack de cremas o un alimento para que se publique en redes sociales y todo el mundo quiera adquirirlo.
Es un método publicitario diferente pero que funciona. Hasta los pequeños negocios se han hecho eco siempre de la visita de una persona distinguida a su establecimiento. Cómo muestra están las fotografías que podemos ver en restaurantes, hoteles, etc.
La influencia trae beneficios y vaya que sí.
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