domingo, 18 de noviembre de 2012

Cambio de familia

Aunque no nos demos cuenta, la familia de una persona va evolucionando desde que es niño hasta que se convierte en adulto y vuelve a modificarse al alcanzar la vejez. Se produce un proceso de incorporación de nuevos miembros familiares, a la vez que van desapareciendo otros; unas veces porque fallecen y dejan de formar parte de la familia más directa, y otras veces porque modificamos el núcleo familiar, que se compone por personas diferentes.

Para ser más explícita, haremos un recorrido por la familia que compondría la vida de una persona desde que nace hasta que muere. En un primer momento, si es el primer hijo, sus seres familiares más próximos son su padre, su madre y los abuelos de las dos partes. A esto podemos sumarle tíos, primos y otros allegados en segundo término.

Una vez que el niño crece, la familia se vincula más al ámbito doméstico. Es posible que los abuelos hayan fallecido o simplemente la relación con ellos es menos estrecha que cuando era un bebé, pasando a las visitas esporádicas como principal relación con ellos. En este término, los familiares de este niño vendrían a ser sus padres y hermanos y esta fase la conservaría prácticamente hasta la madurez, cuando se convierte en adulto.

En el momento en que hace vida en pareja, la familia vuelve a modificarse. Entran en escena los parientes políticos: el suegro y la suegra, los cuñados y sobrinos políticos. Aquí hay que añadir lo que vendría a ser su propia unidad familiar, los hijos que puede tener con su pareja. Desde luego, no podemos olvidar a sus padres y hermanos.

La familia vuelve a reducirse al crecer los hijos. Se vuelve a concentrar en la convivencia en el hogar, donde padres (el sujeto inicial y su pareja) e hijos dan lugar a una sola unidad familiar. Así se conforma durante algunos años, hasta que se modifica de nuevo y se incorporan los nietos.

Luego hijo y nietos del sujeto forman otra unidad y en última instancia la familia del individuo cuyo linaje venimos siguiendo se ve simplificada a su pareja y él, ya ancianos, que esperan las mencionadas visitas esporádicas de sus descendientes.

Estas hipótesis son claramente variables y se pueden sumar otros miembros. Lo cierto es que, (parafraseando al británico Gilbert Keith Chesterton): " El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia".

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