Hace algunas décadas era usual encontrar en las fachadas de algunas viviendas canarias un curioso método de seguridad. Se trata de vidrios cortados en las fachadas de poca altura, que se disponían con el propósito de evitar que posibles ladrones se adentraran en la propiedad privada.
Hoy en día no cabe duda que instalar un artificio como éste estaría penalizado. Cuando se colocan dispositivos para ahuyentar a quien quisiera entrar a la vivienda, poco se piensa en el supuesto de salir de la misma en caso de una emergencia. Esto mismo ocurre con las rejas que se colocan en las ventanas, que en ocasiones causan verdaderos apuros cuando se quiere salir del domicilio en un caso extremo, como puede ser un incendio.
Ahora pueden instalarse alarmas, vallas y otros dispositivos para ahuyentar a los amigos de lo ajeno. Y en caso de herir a quien quiere robarle, también será suya la culpa. Así que el vidrio al contenedor de reciclaje y ante un posible robo, confíe en la justicia y/o tome otras precauciones que no le perjudiquen.
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