Un año más llegan a los establecimientos comerciales alimentos y regalos para avituallar la época navideña. Cómo no, desde octubre tiene a su disposición turrones y polvorones para endulzar el último trimestre de un año que se despide y deja huella.
Con la precaria situación económica que vivimos y contra la que los comerciantes tienen que luchar, seguro que le han llegado noticias de grandes superficies que ofrecen productos a tan sólo 10 euros. Desde los juguetes para los niños hasta electrodomésticos y objetos para el hogar. Y es que ¿cómo pretender vender si no es rebajando los precios?
Ahora, cuando hay cada vez más familias viviendo gracias a los abuelos, hay que pensar en la oportunidad de negocio. Si los padres están desempleados y no reciben entradas económicas, al menos que sean los abuelos, los actuales cabeza de familia, los que puedan adquirir un mínimo detalle para agasajar a los nietos.
Contra las promociones especiales no se puede luchar. Pero quien no puede ofrecer a sus niños tenis de marca, videojuegos de última generación o los juguetes que anuncian los canales de televisión infantiles, pues que se envuelva la rabia, la impotencia y la indignación en papel de regalo.
En papel de regalo brillante presente su currículum a las empresas que cierran la recepción de candidaturas; dígale cuán válido es y qué bien podría desarrollar sus habilidades profesionales para ganar un salario y poder ser otra víctima del consumismo feroz que despide 2013 comiendo uvas y pidiendo deseos.
Con un bonito envoltorio presente la incertidumbre de los jóvenes que desesperan sin futuro laboral y empaquete las prisas de los diputados saliendo del Congreso a la carrera en la víspera del 1 de noviembre.
Y llegará enero. Y habremos inaugurado un nuevo año. Y con un brillante papel de regalo, afirmarán que ha descendido el desempleo en diciembre. Sin embargo, las cosas que usted sabe y que usted vive, no se las dirán. Sólo tendrán que manifestarlas envueltas en un lindo paquete.
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