Resulta ser que hay hoy en día nuevos mirones. No me refiero a los vecinos cotillas que se asoman a la ventana corriendo un poquito la cortina o los que se esconden tras las paredes a escuchar conversaciones ajenas. Hay mirones y juzgadores on-line.
Hay quien se crea un perfil en las redes sociales con la única intención de acceder a la información de todos sus contactos. No publican ni comentan las fotografías o los estados de sus amigos y mucho menos hacen saber que han visto ese contenido. Acceden exclusivamente a las redes con el objeto de saber de los demás.
No escriben ni varían en lo más mínimo su perfil, con lo que parece ser que no utilizan estas plataformas digitales, pero lo hacen con mucha más asiduidad que cualquier usuario corriente, sólo que no dejan huella de su presencia.
Pues a ellos, a los mirones, saludos desde mi emplazamiento y un consejo: más vale vivir que mirar. Pero recuerde: "A fuerza de mirar, uno se olvida de que puede ser también objeto de miradas".
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