Es notorio que un hábito de la cultura popular española es reunirse en celebraciones y festejos en torno a una mesa y comer con familiares, amigos, compañeros, etc. De hecho, buena parte de la vida social se realiza en reuniones donde la comida es un elemento indispensable.Como seres sociables nos gusta compartir, hablar y dialogar mientras comemos, porque no sólo nos alimentamos para saciar nuestro apetito.
Me he dado cuenta que en superficies comerciales y tiendas los empleados muchas veces salen al exterior durante el tiempo que tienen para comer y me los he encontrado en pasillos, halls o aparcamientos comiendo incluso sentados en el suelo. Me sorprende que dentro de las políticas de empresas no se atienda el cuidado a los empleados en este sentido. Se conseguiría simplemente habilitando una salita con una mesa, algunas sillas, una nevera y microondas, que a la par de lugar donde alimentarse se convierta en una zona de descanso y recreo.
Comer solo muchas veces entraña algo de tristeza. Muchas veces ponemos la radio o la televisión para sentirnos acompañados y no sentir que estamos únicamente ante el plato. Nuestro ejercicio de alimentación es más sofisticado que en el universo animal. Nos gusta compartir un café, brindar, invitarnos, etc. de forma que estar acompañados a la mesa siempre hará más llevadero el menú.
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