Una de estas tardes escuché en la radio a Pepe Viyuela hablando sobre una colaboración que realizaba para ayudar a personas refugiadas. Me perdí del argumento de lo que decía cuando le escuché pronunciar la frase: "En esta sociedad el fracaso no se perdona" y me quedé pensando en lo que eso significa.
No le he dado demasiadas vueltas, pero aunque parezca deplorable creo que es cierto. No sólo no se perdona el fracaso, sino que se condena y me he preguntado ¿qué es fracaso? y ¿quién o qué lo determina?
¿Acaso es fracaso suspender un examen o no encontrar un trabajo? ¿Ser un fracasado es no saber, no poder, no querer? Desde mi punto de vista el fracaso es no ser tolerante, distinto, abierto y dispuesto. El fracaso es marcar la diferencia, señalar, condenar, ridiculizar.
No hay que compararse con nadie para ver si has logrado una meta. Simplemente haz de marcarte tus propios objetivos; así siempre irás hacia adelante. No te midas, puedes hacerlo. Y si no lo logras, podrás volver a intentarlo. ¿Quién o qué te lo impide? Sólo es cuestión de actitud y resiliencia.
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