Después del controvertido máster de Cristina Cifuentes han ido cayendo currículums de políticos españoles como fichas de dominó. Tal ha sido el caso del engruesamiento de los méritos que un representante del partido del Gobierno parece haber falseado todos los datos, excepto su estado de soltería.
Me quedé tremendamente sorprendida cuando en el Parlamento de Canarias un grupo solicita que se presente la documentaciñon que acredite la titulación de los diputados y la mayoría parlamentaria se niega, por lo que no se aprueba esta iniciativa. No entiendo qué tienen que esconder en los tiempos de la transparencia.
Esta misma semana el alcalde del municipio de La Guancha declaró que había cometido un error en la redacción de sus méritos académicos, puesto que utilizó para la anterior campaña política un Doctorado que no poseía. El Excelentísimo Señor estaba doctorando, con n, en gerundio, en pleno proceso y sin haber culminado la tesis doctoral.
La preparación universitaria parace haberse devaluado con tanto requerimiento institucional y la titulitis se ha incrementado sin duda en los últimos tiempos. Siguen sin comprender que no es necesario tener carrera para ser honesto. Y mucho menos decir que se posee cuando no es verdad.
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