Aún nos quedan unos pocos días para despedir el invierno y esta semana parece que vamos a darle la bienvenida al verano. Empieza a hacer sol, calorcito incluso a la sombra. La gente aprovecha el menor instante para atavierse con las prendas de la nueva temporada.
Seguramente ha visto por la calle las niñas en pantalón mini mini corto. Las sandalias vuelven a pisar fuerte. Pero quedan unos días ambiguos, en los que uno no sabe si guiarse por el calendario o por la temperatura. Las tiendas ya tienen la moda veraniega en sus escaparates y falta poco para calzarnos la sombrilla y pelear por un hueco de arena en la playa.
En Canarias, donde no podemos quejarnos de un invierno duro, teníamos ganas de playa. La Semana Santa está a la vuelta de la esquina y da oportunidad a las pieles blancas que se exponen en busca de un poquito de bronceado.
Y viva la chicha y la vejez. ¿Qué es eso de que quien tiene con sobrepeso o la piel flácida no puede disfrutar del verano? Si los nórdicos disfrutan del mínimo rayo de sol como de un tesoro, cómo no vamos a hacerlo nosotros. ¡A gozar!, pies al aire y a tomar el sol, que ya lo echaremos de menos.
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