viernes, 5 de diciembre de 2014

Escritura

Esta semana escuché una noticia que me llamó la atención. En Finlandia pretenden sustituir la caligrafía por la enseñanza mediante la mecanografía. Es decir, que dejarán de utilizar el lápiz y el papel y tomará el control el teclado.

A raíz de entonces escuché críticas de expertos que apuntaban a los beneficios que aporta el aprendizaje manual de la escritura a la psicomotricidad . Emplear el lápiz para trazar de una determinada manera y con la fuerza precisa tiene sus ventajas a nivel cognitivo.

No pude evitar pensar en la manera que aprendí a escribir y cómo nos enseñaban las letras en el colegio ¿Aún recuerdan los gestos que articulaban los maestros para hacernos reconocer las consonantes? Yo no puedo olvidarlo. Seguramente tenga su parte de romanticismo.

No sé si es símbolo de una generación pero seguiré escribiendo a mano, utilizando agendas y cuadernos.  Siempre me gustó tomar nota de las cosas que no quiero que se me olviden, porque lo escrito permanece y las palabras se las lleva el viento. De ahí la importancia de la firma o de la redacción de contratos para fijar cualquier tipo de acuerdo.

El paso de tan sólo unas décadas ha significado la escolarización. Algunos de nuestros mayores nunca aprendieron a escribir. Personalmente me han transmitido la importancia que tiene el conocimiento y las "letras". No me permito perder este legado y fomento la lectura pero también la escritura manual, aunque las cartas y las postales hayan quedado obsoletas.







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