Empieza el buen tiempo y comienzo a ver a mis contactos de redes sociales que publican fotos de actividades que realizan al aire libre. El sol, el mar, una playa, la vegetación han sido testigos del disfrute de caminantes, senderistas, excursionistas y curiosos.
Y es que no hay mayor disfrute que lo natural en un mundo tan mecanizado. Tras varias semanas sin ver el sol, en el que ha sido un duro invierno en Canarias, no paramos de retratar paisajes y hacer comentarios relativos a la llegada de la primavera y el calor.
El aire puro, la montaña, el sonido de los pájaros, el fluir del agua... suena muy etéreo, pero es salud y es vida. En un lugar del mundo o en otro totalmente opuesto, de lo que más disfrutamos es de lo que nos ofrece la naturaleza. Aparte de enclaves construidos por el hombre. que también gozan de su encanto. Pero qué sería de un mirador sin un bello paisaje o qué importancia tendría una costa llena de plataformas industriales.
Queremos y reivindicamos lo verde y lo azul, lo puro, lo limpio y lo que al fin y al cabo será el mayor legado que podríamos dejar a las futuras generaciones. Sólo hay que esforzarse por cuidar el entorno.
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