domingo, 26 de julio de 2015

El pan de los domingos

Una arraigada costumbre en nuestra sociedad es la de disfrutar del pan de cada día. Hay quien decide comprarlo directamente o quien tiene acordado que se lo traigan a domicilio. El oficio de panadero es uno de los más sacrificados que siguen conservándose. Se levantan a horas intempestivas para que nosotros podamos gozar de un bocadillo o una tostada al desayuno.

Por supuesto, se han subido al carro numerosas opciones de pan precocinado, pan de molde, pan tostado y ofertas de varias barras de pan que encontramos en supermercados y otros establecimientos. Estas nuevas propuestas van comiendo terreno a la elaboración del pan diario y tradicional.

Los domingos es el día del pan por excelencia. Muchas familias pueden disfrutar de un desayuno apacible y tranquilo, con pan caliente. Si no dispone del producto a domicilio, existe la opción de ir a la panadería a comprarlo. Puede ser que disfrute de reparto, pero tal vez llegue a las 8:00 de la mañana tocando el claxon para advertir de su llegada. Después del repentino despertar ya no tragará igual el panecillo. Tal vez preferiría galletas y dormir unas horas más. Doy fe de ello.


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