domingo, 12 de julio de 2015

Playa

En pleno mes de julio una acción muy habitual es pasar un rato en la playa. El territorio isleño presenta múltiples alternativas para disfrutar del baño, ya sea a mar abierta o en espacios más acondicionados.

Para nada se trata de contextos similares si acude solo o en familia. Si va solo o en pareja apenas necesita la toalla y algo de líquido para refrescarse. En cambio, si va con niños debe cargar con las toallas, las cholas, el protector solar, la sombrilla, la merienda, agua, flotadores, pañuelos, pelotas, cubos, palas y rastrillos, y seguramente un largo etcétera.

La playa, un lugar tranquilo y relajante, puede convertirse en un infierno donde las madres no hacen más que estresarse gritando el nombre de la criatura en cuestión desde la orilla. Insistiendo en que beban agua y coman algo, mientras los pequeños apenas salen del agua y regresan de inmediato a chapotear a sus anchas.

Mención aparte merece la moda veraniega. Pareos y bañadores quedaron desfasados. Ahora los tanga y las bragas brasileñas son tendencia, muchas veces acompañados de pedrería o flecos.

Puede elegir playa de arena volcánica o de callaos, pero en esta segunda opción perderá todo atisbo de glamour al entrar y salir del agua, mientras las piedras le pinchan la planta del pie.

En fin, aproveche el domingo para difrutar de una buena sesión playera, que pronto llegará el frío y extrañaremos estos placeres estivales.

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