Estos días de Semana Santa son festivos por la tradición religiosa que conmemoran. Son jornadas de culto, de descanso, que cada cual las disfruta a su manera. Hay quien acude a iglesias y procesiones y quien aprovecha los primeros rayos de sol en la playa.
Son fechas de recogimiento y de cumplimiento de las tradiciones con las que nos hemos criado en esta tierra mayoritariamente católica. Hay quien las respeta y quien no, pero son días en los que huele a incienso y sabe a torrija.
Hay ciudades con una devoción destacable, como La Laguna o La Orotava, donde los cofrades comienzan siendo niños y dedican toda su vida al culto religioso de sus imágenes sagradas. Los muy creyentes y los menos practicantes contemplan y admiran la Pasión de Cristo y las representaciones que se realizan a este respecto. Entiéndase como ejemplo el Cristo de la Buena Muerte que la Legión Española carga y al que le canta con afligido sentimiento, que se ha convertido en un reconocido espectáculo.
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