Finalizo una etapa profesional en la que he desarrollado de manera primordial la atención al público. En un puesto de trabajo donde la principal tarea es proporcionar información, he recibido más de lo que he dado.
Cada día al abrir las puertas entran a la oficina decenas de personas, cada una con una historia, todas diferentes y todas especiales. Unas más agradables que otras, pero todas significan algo en mi día. Una sonrisa, un apretón de manos, un agradecimiento cordial, sin duda me llevo un saco lleno de buenos recuerdos.
El contacto con extranjeros también añade al trabajo un ambiente multicultural, diverso y plural, que me ha permitido conocer a visitantes desde Australia a Canadá. Recuerdo una señora americana que me dijo que tenía nombre de planeta, por la semejanza de Yurena con la pronunciación de Urano en inglés. Como ella, varias personas y anécdotas que han hecho de esta experiencia un período inolvidable para mí.
Conversaciones, momentos compartidos, que me enriquecen como persona y que me nutren de experiencia. Son regalos que me ha proporcionado esta andadura laboral y que me hacen ser más competente y reforzar mi afinidad hacia el trato con las personas.
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