miércoles, 14 de septiembre de 2016

"No me gusta que le odien"

En una manifestación que tuvo lugar en México contra el matrimonio homosexual se produjo un incidente inesperado. Un niño de 11 años se plantó delante de los coches de la autoridad que precedían a los manifestantes y con las manos extendidas expuso su opinión contraria a tal protesta. Su motivo para reivindicar el respeto a la libertad sexual es que su tío es homosexual y en sus propias palabras: "No me gusta que le odien".

Admiro la madurez y la valentía del muchacho. Valoro gratamente que una cabecita de 11 años sea más tolerante que una masa social que sale a la calle a manifestarse en contra de una opción sexual, una expresión de la libertad de cada cual, que aún en el siglo XXI sigue despertando notable controversia y por desgracia muchas veces va más allá.

Que tengamos que oír hablar de agresiones, de matanzas y demás horrores por el simple hecho de ser homosexual no favorece nada la mentalidad abierta y cosmopolita que presumimos tener los ciudadanos de este 2016. Me apena profundamente que sea un niño quien pare las patas a los intolerantes, pero a la vez me llena de satisfacción saber que su pensamiento es respetuoso, libre y plural. Él, sólo un niño, es un defensor y es un ejemplo de coraje. Valora a las personas y va más allá de las etiquetas.

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