A veces las cosas no son como nos gustaría que fueran, salen de otra manera y no estamos conformes. Muchas veces nos lamentamos de la mala suerte que tenemos, pero hay ocasiones en las que un simple gesto puede darnos de bruces y hacernos ver que lo único importante para seguir en el camino es la voluntad.
En los recientes Juegos Paralímpicos hemos visto múltiples ejemplos. Muchos de nosotros en las circunstancias de algunos de estos deportistas nos habríamos rendido y hubiéramos tirado la toalla. Pero ahí están, después de haber sufrido como nadie ganan medallas, se superan y son referentes a nivel mundial. Un nadador al que un tiburón le arrancó una pierna y que continúa desarrollando su pasión es un héroe. No hay otra explicación. La diferencia entre ellos y el resto es que son firmes y constantes y no se dejan vencer por duros que sean los golpes.
No sólo existen en la televisión ni son famosos, sino que se hallan entre nosotros y enfrentan su destino de una manera admirable y valiente. Salen a la calle a pesar de sus pesares y hacen una vida normal cuando su día a día acarrea múltiples inconveniencias. Todos estamos hechos de la misma pasta, así que tomémoslos como modelos. Ante circunstancias adversas, sí se puede y no hay nada que indique lo contrario, sino nuestro pesimismo, conformismo y aceptación. Seamos como ellos, porque son un impulso de vida y de determinación.
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