miércoles, 13 de septiembre de 2017

La herencia

Hoy voy a hablarles de las herencias, del legado que recibimos de nuestros ascendentes, y no me refiero a propiedades inmobiliarias ni a otro tipo de bienes materiales o capitales, sino a lo que llevamos dentro de nosotros.

Todos hemos escuchado alguna vez que nos parecemos a nuestros familiares, que somos igualitos a nuestros padres o que tenemos los mismos gestos, una similar forma de expresarnos o de caminar. Y es que todo se hereda. A medida que van pasando los años nos vamos asemejando más a nuestros seres queridos, vamos convirtiéndonos en adultos y reproduciendo las enseñanzas que nos han transmitido y de las que nos hemos ido nutriendo en la primera etapa de nuestra vida.

Lógicamente, hay asuntos en los que somos innovadores, pero la esencia la seguimos conservando. La comida no nos queda igual que a nuestra abuela, pero cada vez se nos vienen más a la boca las frases que ella repite. Lo mismo ocurre con los usos y costumbres, que forman parte de nosotros y es innegable seguirlos ejecutando.

Por otro lado está la herencia física, de la anatomía en su peor versión. Aquí hago referencia a la genética más rebelde: a las varices, los dolores de espalda, las enfermedades que están en el ADN de nuestros antecesores y que parece que no se quieren olvidar de nosotros.

Las fotografías y los recuerdos son el testimonio de la evolución de nuestra familia y del legado que dejaremos tras nosotros. Las generaciones futuras seguirán nuestros pasos.




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