sábado, 8 de octubre de 2011

Madurez para votar

Ante las próximas elecciones anticipadas que tendrán lugar el 20 de noviembre de 2011 serán muchos los ciudadanos que acudan a las urnas a depositar su voto. Pero hay jóvenes menores de edad que tenían intención de votar al finalizar esta legislatura, que inicialmente estaba prevista para marzo del año 2012 y que, por el hecho de haber adelantado las elecciones, ahora no pueden emitir un voto porque no cumplen la mayoría de edad.

Esto me hace reflexionar sobre la madurez necesaria que se ha de reunir para otorgar el voto a una u otra fuerza política. Hay personas que cuando tienen la oportunidad de votar lo hacen a un partido político cualquiera, sin conocer el programa del grupo ni tener en consideración las propuestas que realiza.



Es importante tener en cuenta que el voto de todos los ciudadanos tiene el mismo valor y ésta es una cuestión que estudian concienzudamente los partidos que presentan su candidatura. De ahí que se realicen campañas electorales de gran magnitud, con notables inversiones económicas, y que se repare hasta en el más mínimo detalle. El objetivo es captar el voto, sea de la forma que sea. La campaña electoral no es más que una desmedida campaña de márketing que busca sus frutos. Para ello se hace hincapié en el discurso del político que se presenta a una determinada circunscripción, en la imagen corporativa de la fuerza política, en las fotografías del candidato, etc. La afluencia a entrevistas en diversos medios de comunicación por parte del aspirante al gobierno es otro punto a favor, porque así podrá defender sus proyectos y su programa. Cuanta más atención capte el candidato y el partido, más opción habrá de conseguir votos.

Pero siempre hay personas que se dejan encandilar por la parafernalia de fotos, carteles y promesas electorales y no se preocupan por las verdaderas intenciones del político o de su grupo. Aquellas que se interesan por el programa político y las posibilidades reales de llevarlo a la práctica que tiene quien lo presenta, se consideran personas maduras que emiten un voto consolidado y firme.

Por otra parte están quienes votan por la única razón de acudir a las urnas y les gusta escuchar su nombre y apellidos seguidos de la palabra "vota", pero no han estudiado la intención de su papeleta. Hay personas jóvenes, mayores que van acompañados y asesorados y otros que no muestran interés por las cuestiones políticas que no reflejan madurez en el voto. Se ha hecho popular el caso de personas mayores que se encuentran ingresados en residencias y que salen exclusivamente el día de las elecciones acompañados por sus familiares o allegados que le indican cuál es la mejor opción para votar e incluso le facilitan el sobre con el voto para ese partido. Es una situación deplorable, pero existe y se repite cada vez que hay un proceso electoral.

La democracia tiene por principio la libertad y esa libertad tiene que reflejarse en los derechos ciudadanos. El voto es un derecho y es único, secreto y libre. Cada ciudadano tiene derecho a votar o no, y sobre todo, tiene derecho a votar a la fuerza política que considere, sin dejarse influenciar por opiniones o recomendaciones de nadie.

Siempre he defendido la participación en el proceso democrático para hacer valer los derechos civiles, pero lo más importante es emitir un voto maduro y propio, atendiendo a las consideraciones personales y a los requerimientos que cada cual le realiza al grupo de gobierno que tome posesión. Una vez concluido el proceso electoral es el momento de exigir compromisos y de ser partícipes de la nueva legislatura.

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