lunes, 16 de julio de 2018

De cerca

Hoy la violencia de género me ha tocado de cerca, muy cerca, en mi pueblo, en una calle por la que transito a diario. Una mujer y sus dos hijas han sido asesinadas a manos de su marido.

Me cabrea, me enfada, me duele. No hoy sino siempre. Pero cuando toca tan cerca parace que se hace más doloroso. He circulado por el entorno del lugar donde ha ocurrido la tragedia y he visto a compañeros periodistas relatando la desgracia que ha tenido lugar en una calle tranquila de un pueblo apacible y amable.

He condenado la violencia de género una y mil veces y he usado mi blog como plataforma. En esta ocasión he escrito y me he desdicho al ritmo de los acontecimientos. No puedo culpar de asesino a una persona que podría no serlo, según se apuntó a las pocas horas de conocer la noticia. Pero una vez desvelado el resultado de las autopsias, todo parece indicar que es un caso de violencia machista. Otro caso más, un desdichado asesinato que para mí y los vecinos de mi Villa tiene una connotación diferente porque ha sido muy cerca y se ha llevado a una de las nuestras y a dos niñas.


Como he apuntado, entender cómo una familia puede llegar a realizarlo escapa a mi comprensión. Y me duele que personas inocentes acaben siendo las víctimas de esta lacra contra la que todos tenemos que luchas a diario. Ni una menos, las queremos a todas y las queremos vivas.




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