Son millones las personas que actualmente se encuentran buscando un empleo. Y consecuentemente existe una gran cantidad de páginas o portales de empleo que publican ofertas y solicitan el registro del usuario para poder acceder a observar los puestos vacantes que contiene cada uno de éstos.
Cualquier joven o no tan joven que tenga acceso a las nuevas tecnologías y maneje un ordenador seguramente habrá accedido a alguna de estas páginas para consultar las ofertas de empleo del momento. Lo más probable es que sólo con pensarlo podamos recitar un listado de más de una decena de estos sitios web.
Quien lo usa con regularidad sabe lo engorroso que es registrarse en estas páginas, puesto que hay que rellenar un buen número de campos para incluir los datos personales, el nivel de estudios, la experiencia laboral, los conocimientos de idiomas, de informática, incluir el currículum en texto, algunos solicitan una fotografía y hasta incluso una recomendación de las empresas en las que anteriormente se ha trabajado. Si se decide registrarse en varias, esta operación habrá que repetirla por cada portal en el que se inscriba.
Una vez que ya se es usuario de la página en cuestión, suelen enviar un correo electrónico a la dirección que hemos indicado para confirmar el nombre de usuario y la clave o contraseña con la que se deberá acceder cada vez que se entre en la página.
Luego llega la hora de inscribirse a una oferta determinada. Hay buscadores dentro de estos portales de empleo que permiten restringir la búsqueda a la provincia, por ejemplo, o solicitar ofertas solamente de un puesto determinado, como podría ser de auxiliar administrativo. A partir de entonces se accede a aquellas ofertas que se han indicado. Si una vez se despliega el listado con las ofertas disponibles hay alguna en particular que nos interese, debemos pinchar en ella para ver los requisitos exigidos, la duración del empleo, las condiciones, etc. Y si por fin aceptamos, es entonces cuando decidimos inscribirnos a la oferta.
Llegados a este punto: cuando enviamos nuestra candidatura a una oferta, aún hay camino que recorrer. En algunas páginas realizan un cuestionario previo para conocer la disponibilidad horaria, la experiencia en puestos similares, etc. Y si por fin decidimos enviar el currículum solicitan ahora una carta de presentación. Toca redactar la carta dirigiéndola a la empresa que ofrece el puesto y destacando nuestros puntos fuertes en relación a la oferta.
Al culminar todo el proceso nos llega un correo electrónico a la cuenta para indicar que nos hemos inscrito con éxito a la oferta. ¡Por fin!
Buscar empleo se convierte en un verdadero trabajo, sin olvidar que cada vez que modifiquemos el currículum tendremos que acceder a cada página para hacer lo propio.
Escribo en plural porque soy sufrida usuaria de este tipo de sitios web y accedo a diario a consultar las ofertas disponibles.
¡Cuánta razón tienes! Inscribirse en estas páginas implica tener bastante tiempo, ya que se hace largo y tedioso. Parece que cada vez lo ponen más difícil cuando debería ser todo lo contrario, pues estas páginas no facilitan nada las cosas. Y después de pasar todo este proceso es bastante frustrante recibir al correo ofertas de empleo que no tienen nada que ver con el puesto que has solicitado. Algo que no entiendo.
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