Las autoridades sanitarias recomiendan tomar cinco piezas de fruta al día, beber entre un litro y medio y dos litros de agua a diario, comer pescado azul dos veces a la semana, dos huevos semanales, al igual que legumbres acompañadas de una buena cantidad de hortalizas y verduras. También se insta a cocinar y aliñar los alimentos con aceite de oliva, a tomar carnes magras unas dos veces por semana y a consumir cereales integrales, pan y pastas. En cuanto a los lácteos es mejor tomar quesos, yogur y leche desnatados cuando de trata de una persona adulta. Se recomienda tomar frutos secos como nueces, avellanas o ciruelas pasas, por ejemplo.
La pregunta es: ¿cuánto debe ganar un ciudadano medio para consumir toda esta serie de alimentos saludables, cuando, sin embargo, son de un coste muy elevado? El pescado, sin ir más lejos, ha pasado a denominarse como un artículo de lujo, dado el precio que llega a adquirir. La verdura tiene un valor para el consumidor que puede superar hasta un 300% el precio al que lo vende el agricultor que la cultiva. Los frutos secos también tienen un coste alto y cuanto más saludables son los alimentos más caros son.
Es un supermercado convencional es más costoso comprar una manzana o una nectarina que un producto de bollería de los que se pueden adquirir por peso. En este caso la fruta llega a alcanzar el doble del importe del dulce. A esto hay que sumar que las grandes superficies realizan ofertas suculentas de productos de alto aporte calórico a un precio bajo y las familias tienen que decidir qué compran a la hora de alimentar a sus miembros durante todo un mes con la situación económica que se halla en este momento. Es normal que opten por productos de poca calidad nutricional porque la cuestión es que hay que comer todos los días y al precio que se encuentran los productos saludables es difícil basar la dieta sólo en alimentación sana.
Cuando hay que preparar el desayuno que los niños llevan al colegio para tomarlo en el descanso para el recreo, la mayoría de los padres opta por productos dulces o de bollería (que ya las marcas comerciales disponen en bolsitas individuales) en lugar de fruta, un bocadillo de productos saludables, lácteos o frutos secos.
Por una parte prima la economía a la hora de consumir productos de gran aporte calórico y también hay que considerar la variedad y facilidad que ofrece la industria para acceder a esta serie de alimentos.
La solución la ofrece una dieta equilibrada que incluya la mayor cantidad posible de vegetales. Es importante reducir la cantidad de azúcares que se ingiere, puesto que muchos de los alimentos que se toman ya incluyen aporte de azúcar, como es el caso de la fruta. La conjunción perfecta es compaginar la dieta con ejercicio físico moderado y consecutivo.
Es difícil llevar una dieta saludable, pero la salud no ofrece segundas oportunidades; por tanto, el lema a seguir es "men sana in corpore sano" para lograr la cordialidad del cuerpo y el espíritu.
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