Sabido es que los parámetros estéticos varían en cuanto a la vestimenta y los complementos, pero si hablamos de la imagen personal referida simplemente al cuerpo tratamos otra cuestión. El arreglo del pelo, el maquillaje, la depilación, el acondicionamiento de las uñas, etc. son aspectos estéticos que preocupan más a las mujeres que a los hombres porque socialmente se ha establecido como una preocupación. Una chica no puede presentarse vestida para una ocasión formal sin tratarse el cabello, maquillarse e ir adecuadamente vestida. Sin embargo, no importa que un hombre vaya sin afeitar, porque puede estar hasta "mono".
La sociedad ha establecido que para ser aceptada socialmente se ha de ser guapa, joven, dispuesta, delgada, se debe vestir bien, ir maquillada, depilada, perfumada aunque no en exceso. Para un hombre se mide por otro rasero, basta con que vaya duchado y vestido, no importa si le sobran algunos kilos, que se justifican con que forman parte de la tripita de la felicidad.
Los productos cosméticos que se anuncian en los medios de comunicación tienen como protagonistas a mujeres en su mayoría que, por supuesto, no necesitan utilizar la citada crema antiarrugas para rejuvenecer diez años en veinte días porque son modelos que no superan los veinte años. En otros casos se anuncian anticelulíticos, lápices de labios, máscaras de pestañas con efecto volumen, diversos sistemas de depilación, una extensa gama de marcas y productos para proporcionar color al cabello; cuando no clínicas para practicar técnicas quirúrgicas de adelgazamiento.
Con toda esta serie de condicionantes puedo afirmar que la moda y la estética se ha vuelto muy exigente con la mujer. Estamos acostumbrados a ver a personajes populares aparecer maquillados, peinados y bien vestidos en los medios de comunicación y en la era de la imagen a ver quién sale con la cara lavada. No imaginamos que la conductora de un informativo aparezca con ropa informal o que no lleve maquillaje y los hombres ya se han ido quitando la corbata.
Pues maldita estética. Maldita si aparecer como eres supone una vergüenza. Imaginen a una modelo de pasarela con un grano en la cara, adiós carrera. Nada, a maquillarla hasta que no parezca quien es y problema resuelto.
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